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VINO Y BUEN SERVICIO


ANTIDOTO

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ANTIDOTO

15,90 €

Disponibilidad según variantes - (Imp. Incluidos)

Marca: ANTIDOTO  •  Peso: 1,3 Kg

TAMAÑO
AÑADA



Botella de 750 CC de ANTIDOTO

El vino de las tierras de Soria. Primera añada: 2009

Antídoto es un vino procedente de un mosaico de 550 parcelas de viñedos viejos, principalmente de un aterrazamineto con guijarros, situado en el municipio de Soto de San Esteban, con rendimientos de 3.500 kilos por hectárea, en la zona más oriental de la DO Ribera de Duero, la provincia de Soria.

Viñedo:

Variedad: 100 % Tinto Fino Soriano.

Edad: Viñedo de 30-100 años.

Suelos: Arenoso con guijarros, arenas calcáreas y arcilla.

Altitud: 950 m.

Denominación: D.O. Ribera del Duero.

Cosecha: Manual en cajas de 12 kg.

En 2018, hemos podido volver a apreciar el paso de las estaciones en el viñedo soriano.

El invierno fue marcado por el frío, con precipitaciones generosas, mucha nieve desde enero, febrero, marzo, incluso los días 10 y 11 de abril. La vegetación despertó como de costumbre, los almendros abrieron sus flores el día 3 de abril y la brotación del viñedo se apuntó el día 27.

La primavera quedaría a su vez marcada por las lluvias y el frio, y por las heladas que se produjeron del 1 al 13 de mayo, que originaron variaciones importantes en los ritmos vegetativos de las plantas.

Continuó este tiempo invernal hasta mitad de junio. El 19 de junio apareció el sol y la temperatura veraniega. En consecuencia, las viñas empezaron a florecer a partir del 21 de junio, ciclo que duraría hasta principios de julio.

El verano, con temperatura moderadas de 30ºC, quedó marcado por las lluvias y ciertas tormentas aisladas, lo que permitiría a las plantas crecer, e impulsar sus ritmos vegetativos hasta finales de julio (normalmente, la vegetación frena su crecimiento natural a principio de julio). De este modo, nos encontramos en una situación más bien típica de un ciclo vegetativo atlántico, muy poco frecuente en la ribera del Duero Soriana.

Los meses de agosto hasta octubre fueron secos, con temperaturas moderadas y abundantes horas de sol, lo que posibilitó una maduración lenta y la formación de complejos aromas del tinto fino.

La climatología de la añada 2018 proporcionó un ambiente confortable y una abundancia vegetativa a las viñas de Soria que, en los vinos, se puede apreciar por su generosidad, intensidad en la nariz con notas de frutos rojos, acompañado de tonos vegetales refrescantes, y por una boca de textura delicada.

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